Tiempo de cambios, cambio de época y de sistemas. ¿Era necesaria esta prueba? ¿Qué viene? Veamos…
Transcribo parte del texto que publiqué el viernes 20 de marzo de 2020, haciendo un llamado a nuestras autoridades, algunos empresarios y a la comunidad en general para crear conciencia, empatía y responsabilidad social ante la pandemia del COVID-19 que ya estaba haciendo estragos en Europa, principalmente en Italia y España.
“La pandemia del COVID-19 está colapsando de manera muy agresiva las economías y la movilidad social a nivel mundial.
[…] miles las personas, las que aún se observan caminando o transportándose en automóvil a sus lugares de trabajo […] aun trabajando, y no veo por ningún lado esa EMPATÍA hacia los trabajadores, por parte de algunos empresarios, tomadores de decisiones y del mismo gobierno estatal o federal.
La tendencia sobre los contagios está creciendo exponencialmente en México, [..]
Esperemos que el resto de los trabajadores del sector privado y de la industria estemos protegidos el 100% de nuestros salarios, por el SECTOR SALUD y por la LEY FEDERAL DEL TRABAJO, […].
Aplaudiré con ahínco, cuando el cierre temporal de las empresas, las deudas bancarias y los puestos de trabajo se respeten sin perjudicar a […] cada uno de nosotros […] cumpliendo puntualmente con todas las medidas sanitarias e instrucciones para prevenir y evitar la propagación del virus.”
En el momento en que el gobierno Chino pone en cuarentena a todo un país, y en particular a la ciudad de Wuhan con más de 11 millones de habitantes, debido al brote de un nuevo virus letal, hace que nos enfrentemos a una condición de emergencia sanitaria de la que no estamos preparados, que se esparce silenciosamente al resto del mundo sin darle importancia hasta que ésta se convierte en una pandemia incontrolable desde sus inicios afectando y colapsando a los Sistemas de Salud y las economías de países como Irán, Italia, España y Francia, Alemania, EE.UU, por ser los más afectados.
Es a partir de allí, en la ciudad de Wuhan, sino es que antes, desde hace algún tiempo, tal vez años atrás, que ya se venía gestando, donde podemos decir que hubo un quiebre, un “parteaguas”, un cambio de paradigmas del sistema político, económico y social en un mundo pensado en el consumismo atroz y el individualismo oportunista. Esperemos que esta sea una sacudida a la Humanidad, al Ser Humano, para hacer conciencia de lo que ha hecho hasta el momento para bien o para mal, en un mundo convulso que ya cambió, y que esa reflexión a su yo interior lo reoriente para valorizar lo que realmente es importante.
Por tal razón, en esta sacudida que nos ha dado la crisis sanitaria, tenemos que ser cautelosos ante la cascada de información que nos está llegando, tomar sólo la que nos aporte valor para promover la solidaridad, cooperación, y concienciar, en un mundo en el que al día de hoy, hace mucha falta construir una cultura de paz con amor y conciencia como lo declara la ONU, este 5 de abril como la conmemoración del Día Internacional de la Conciencia, y que no solo trascienda en una conmemoración más, de un día, sino que a partir de este quiebre se refuercen los derechos humanos en ambientes de libertad, justicia y democracia, donde las tecnologías están jugando un papel fundamental en esta afrenta contra la pandemia, trazando nuevos lazos de cooperación amor y comprensión hacia el prójimo. Esperemos que así sea.
Más allá de una Semana Santa en plena cuarentena, y lo que esto significa para todo cristiano, estamos ante una gran oportunidad para reflexionar sobre nuestra realidad, una introspección que nos reoriente a valorar lo que realmente es importante, en este mundo que ya cambió, y en el que tenemos que cambiar, ahora sí que, a la fuerza pero con razón.
